Este cuento esta dedicado a una amiguita llamada ALINN, con todo mi cariño, no olvides que tus alitas están echas para volar y nunca, pero nunca dejes de soñar!!!!!!!
Hace muchos años, en la verde selva, recontra -verde!, en Misiones, cerquita de las Cataratas, en Argentina, vivía un papagayo que era amigo de todos los árboles, de los monos, pájaros multicolores, de las víboras, esas que son buenas, sapos que se asomaban de los charcos, mariposas y hasta un pececito que de tanto en tanto salía del agua a visitarlo….Su nombre, Pepigayo …se lo había puesto su mama antes de abandonar el nido, como no veía bien usaba unos enormes anteojos, era feliz con todos sus amigos, pasaban el día al sol, cantaban, jugaban, y a las cinco en punto, tomaban el te con semillitas, y hojas….La primavera ya se acercaba, las flores brotaban por todos lados, y los árboles se iban llenando de a poquito de riquísimos frutos. La noche era tranquila, la luna iluminaba la selva, y las estrellas cantaban canciones de cuna, allí no existía el miedo, ni los fantasmas ni los duendes malos….
Una mañana muy temprano escucharon un ruido extraño….era un gigante enorme de color anaranjado, ruedas, ojos como platos, y su voz ronca y hacia: piiii!!piiii!!!,-¡¿ que era eso?-, se preguntaban todos-, -no se asusten –dijo pepigayo. –es solo una camioneta-, cuando paro, salieron de allí un montón de niños pequeños, que reían, cantaban. Corrían….iban vestidos con delantalcitos celestes y una corbatita del mismo color, toda la selva se lleno de ruidos distintos.
Pepigayo los miraba con ternura, parecían un montón de mariposas volando de un lado a otro, mientras una señora vestida de blanco, con anteojos, como los de el, los cuidaba.- Estos humanos pequeños son raros, divertidos pero me gustan-pensaba pepigayo, cuando sin darse cuenta se encontró con unos ojitos marrones que lo miraban asombrado, pepigayo se asusto muchísimo, batió sus alas, perdió el equilibrio y cayo, golpeándose la cabecita. Allí quedo, tendido….el niño salio corriendo a buscar a su maestra, todos formaron un circulo alrededor de pepigayo, algunos lloraban porque pensaban que estaba muerto, la señorita, muy tiernamente, lo alzo, le echo un poquito de agua fresca, esto hizo que pepigayo se despabilara, ella acomodo sus anteojos y lo paro sobre una rama, pepigayo estaba, aturdido, rojo de vergüenza, todos esos ojitos mirándolo…-¡Pobrecito!-,
Que susto te pegaste pajarito!-le dijo la seño con cara de alivio,-pajarito! no! soy un Papagayo!-dijo pepigayo con tono ofendido, todos se comenzaron a reír a carcajadas!, y así sin mas le dieron de comer galletitas, jugaron con el, y cuando se puso el sol, lo saludaron y se fueron, -¡Adiós pepigayo!,¡adiós amiguito!,hasta pronto!!!!,-¡ que lindo día!,exclamo pepigayo, y se fue a su casa del árbol, claro allí todos los animalitos del bosques estaban ofendidos con el, celosos…y no le hablaban!,-¿que pasa amigos?-,-¡vamos, tienen que aprender que siempre es bueno hacer amigos nuevos, aunque sean diferentes a nosotros!-todos se miraron, pepigayo tenia razón, por celosos ellos no se pudieron divertir…
Ahora cada vez que vienen niños a visitar el parque, todos salen a jugar con ellos, ¡ha, otra cosa, desde ese entonces pepigayo ya no tiene vergüenza de usar anteojos!...cuantas cosas se aprenden, cuando uno comprende que los demás pueden ser amigables, y que bueno es tratar de integrarse y no discriminar al otro…no?....Pepigayo se acordaba de todo esto, en su camita de hojas acurrucadito y feliz, una estrella le guiñaba un ojo, y el sonrío antes de quedarse dormido…..
Fin….hasta la próxima visita de los niños….
No hay comentarios:
Publicar un comentario