La pared de su cuarto
nuevo estaba empapelada con grandes árboles de colores, flores, pelotas,
perritos,,,,pasaba horas mirándolos, un día cuando ardía de fiebre, todo comenzó
a dar vuelta,,,,entre las flores se asomaban duendes vestidos de colores
fuertes como verde fluor, amarillo limón, rojo sangre….y lo miraban y hablaban entre ellos,
claro Juan no estaba en condiciones de
contestarles nada, sólo los miraba…
Ellos iban y venían
con las manos cruzadas en sus espaldas, y cara de preocupación, los peritos
saltaban de un lugar a otro, Sin ladrar
ni hacer ningún ruido…los árboles mecidos por el viento de la ventana abierta,
le soplaban en la cara roja para darle un poco de frescura, y las pelotas
estaban quietecitas en un rincón…
La fiebre no cesaba, y
Juan estaba muy mal, el doctor había venido muchas veces ese día,…..
Uno de los duendes el
mas sabio le dijo al limonero,- dame el limón
mas grande y dulce que tengas-, y así lo hizo, con ese jugo hizo un vaso
gigante y le puso azúcar que le regalo una abeja vecina , le dijo las palabras mágicas
del libro del gran misterio, y comenzaron a salir vapores de color rosa, azul,
blanco, como las nubes, la mama de Juan le ponía compresas frías en su frente y
lloraba…cuando fue a buscar mas agua, el duende salto de la pared y le dio a
Juan el jugo,…..Juan solo sonrío,,,,duende le guiño un ojo, todos esperaban…
La noche paso
lentamente, Juan comenzó a mejorar en la madrugada, la sonrisa de su mama ya lo
decía, cuando al fin bajo la fiebre, todos aplaudieron!,
A la mañana siguiente,
la pared volvió a ser la misma, no se veían duendes…..solo árboles, pelotas ,
flores…..Juan hizo un agujerito en la pared y espío con un ojito, -jajá jajá!
Con que allí se escondían!- llamo a los duendes y le dio las gracias, y al
limonero y a las flores y a todos! al
fin después de tanta fiebre, había descubierto agujeritos en la
Pared que le permitía
tener nuevos amigos inseparables!.....
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